11 de agosto de 2012

Mentiras... ¿piadosas?

Creo que todos hemos deseado alguna vez que aquella persona que tenemos de forma permanente en nuestra cabeza tenga detalles con nosotros. Que nos diga algo bonito. Creo que es algo que tiene su lógica, a todos nos gusta fantasear. Fantasías en nuestra cabeza en las que un amor no correspondido si lo es. Besos y te quieros que en tus sueños se dicen desde dentro, de verdad. Hasta ahí todo es bonito, tu marcas el camino.

Pero... ¿alguna vez os habéis visto en la situación? En la situación de estar con esa persona de forma real, al despertar, abrazados en la cama y si... que pronuncie esas dos palabras, esas ocho letras que tanto deseabais, pero que suenen tan de mentira que no sepas cómo reaccionar. Que te quedes pálida y eches a reír por lo surreal de la situación y que no sepas ni dónde meterte, que mires al techo, te retuerzas y acabes escondiéndote debajo de las sábanas, para sorpresa de tu acompañante. Que si ya son de por si palabras que asusta escuchar más asusta el momento en que te las han dicho por decir. ¿Y tú qué respondes? ¿Cómo ha tenido los cojones de decirlo?, te preguntas, ¡¿Cómo?! ¿Cómo ha tenido tal facilidad para pronunciar esas dos palabras que yo hace años que no soy capaz de decir?

Y yo lo digo de veras, no me hacen falta cursilerías, ni palabras bonitas para quedar bien. Para eso ya me valgo yo sola echando mano de la imaginación, elaboro unos diálogos internos acojonantes. Pero ahora soy incapaz de borrar de mi cabeza ese "te quiero" dicho tan de mentira y sólo deseo que algún día sea dicho de verdad.

9 de agosto de 2012

Siempre lo mismo. Siempre así.


Me sé la teoría. Sé que te tengo que olvidar. Sé que hay cosas que pasan sin razón, y es absurdo empeñarse en buscar un sentido o un porqué que no existe. Sé que tú en ningún momento pretendiste hacerme daño, que lo que tuve que soportar fue sólo culpa mía, tú no tuviste nada que ver. Sé que te la suda lo que pueda pasarme o dejarme de pasar, que tal vez ni siquiera te acuerdes de mi o ni me reconozcas si nos volvemos a cruzar. Tú tan especial y yo sólo una mediocre más de tantas que se habrán cruzado por tu vida.

Y un par de años habían sido suficientes para aprender a llevar el asunto con un poco de calma. Dos años creía que habían sido suficientes. No mencionarte y por consiguiente desaparecer. Pero nunca te esperas cuando puede volver a aparecer, un solo instante, una sola letra pueden desatar el acabose, abrir la caja de pandora y causar estragos en mi vida. Y tú te vuelves a aparecer en sueños, y tu mirada es tan real como la vida misma, y sigue haciendo el daño que nunca dejó de hacer. Aunque sea un sueño se me sigue revolviendo todo por dentro, y yo, después de tanto entrenamiento sé que tengo que huir de ti, y escapo por esa puerta en la que pone “Salida de emergencia”, pero ya volvió a doler y ya volvió a colarse en mi cabeza, y ni en sueños ni despierta se larga.

Y anoche fue tu nombre el primero que me vino a la cabeza, y no tuve valor para escribir más que tu inicial.