No me importa que no me preguntes cómo me va la vida, sólo quiero que me digas constantemente, una y otra vez, que tienes ganas de verme. Que ha pasado mucho tiempo y aún te acuerdas de mi. Que me tienes las mismas ganas que yo te tengo. Que hace demasiado que no me quito la ropa enfrente tuyo, que no hablamos mirándonos a los ojos, que no deshacemos la cama.
Y es que tenerte cerca me hacía más feliz, me hacía tener alguna esperanza. Me ilusionaba, que no es poco, y se mantenía la ilusión. El día que nos conocimos fue tan absurdo y genial que hasta me da la risa, me gustaban tus demonios. Echo de menos tu sonrisa.
Sigo esperando que alguien me salve. Tú a veces apareces, pero igual que vienes te vas. Yo quiero que te quedes. Sigo queriendo que seas tú quien se quede.