8 de agosto de 2014

Hola, me llamo Ana y tengo Tinder.

Hace no mucho tiempo que oí hablar por primera vez de esta app, y dadas las circunstancias no pude resistir la tentación y acabé por sumergirme en el mundo del ligoteo virtual (si se puede llamar así). No tenía muy claro qué es lo que me iba a encontrar por esos parajes, tampoco tenía muy claro qué es lo que buscaba (y sigo sin tenerlo).



Te registras, pones a tono tu perfil, ajustas las "preferencias de descubrimiento" según tus intereses y empiezas a likear y a dar largas a los susodichos que van apareciendo por tu pantalla, que acaba siendo lo más divertido del asunto, para qué engañarnos. Experimentas una sensación de emoción cuando al dar al corazoncito en la foto del guaperas de turno sale que sois compatibles y sigues a lo tuyo.

Tengo amigas que mantienen la postura de que eso es para desesperados y que ahí no puede haber gente normalnormal. A otras les comió la curiosidad tanto como a mi y acabaron uniéndose también al universo Tinder con una sensación de ridículo inicial que comienza a disiparse cuando te empiezan a aparecer más y más caras de gente conocida. Y te ríes y piensas qué jodidamente mal debe de estar el mundo de las relaciones (amorosas, sexuales o lo que sea que se supone que se busca) como para que seamos tantos quienes tengamos que recurrir a algo así.

¿Que qué te encuentras por allí? Bueno, lo primeroprimero es la imagen, así que todos supongo que recurrimos a nuestro historial fotográfico y cogemos aquellas fotos en las que más bellacos salimos, o más aventureros, o más deportistas, o más la imagen que se supone que queramos dar, ¡ea! Ya que nos estamos vendiendo vamos a hacerlo bien. Aquí las taras se procuran disimular: el chico que no llega a los treinta y es fan de los sombreros, gorras y similares para no dejar ver una calvicie prematura (lo siento, ya sabéis los que me conocéis que para mi lo del pelo es un básico de toda la vida de Dios), las gafas de sol del tío que tiene un ojo pipa (juro que me he encontrado uno), las sonrisas que a veces se esconden puede que sea por algo...

Peeeero... hay gente a la que se la suda esa primera imagen inicial, ¡ahí, autenticidad a punta pala! Como el señor que sale en todas sus fotos con jabalíes descuartizados y que parece más de campo que las amapolas o el chavalín musulman, que me hizo una gracia que me morí, que subió una selfie con la que supongo fuese su madre de fondo con un chador (de las fotos que he mirado es a lo que más se parecía, que yo no soy aquí ninguna experta en este tipo de vestimentas). También nos podemos topar con los desnudos a los que supongo que todo el mundo (yo al menos lo hago) denunciamos por contenido abusivo u ofensivo.

Os iba a poner fotos de señores peculiares, pero me ha entrado el acojone y os las vais a tener que imaginar.

Hacer alusión también al asunto "edades", seré breve y concisa, queridos, empezaos a cuidar, que con veintitantos años parezca que tenéis cuarenta es cuanto menos preocupante, eso o no mintáis.

Tampoco he mencionado a los chicos con novia, que igual sólo buscan amistad, oye, es una opción, pero... da que pensar. Y si tienes novia y quieres engañarla que no salga en todas tus malditas fotos, que una cosa es ponerla los cuernos y que lo sepas tu y los amigotes  y otra muy distinta es que se entere toda tu ciudad de que se la quieres jugar. No querría estar en el pellejo de ella, ni en el de él en caso de que ella se entere...

Respecto a las bios no hay mucho que decir, hay quien las omite directamente, a mi me resultan curiosas, hay alguna con la que te ríes, en otras te encuentras tal cantidad de faltas de ortografía que te harían replantearte dar like al mismísimo Brad Pitt y otras, las de esa gente que conoces y con la que te topas por casualidad, son la más mejores del mundo mundial cuando te encuentras que se describen y buscan todo eso que no son. A ver, que yo tengo puesta una frasecica de Bukowski, que tampoco dice mucho, pero cuando ves al kinki de turno definiéndose como una persona culta que busca conversaciones profundas te da no sé qué.

Bueno... primeras impresiones a parte, empiezas a tener tu pequeño redil de hombrecillos con los que mantener una conversación, por A o por B han ido a parar allí y te propones, aunque no sea a todos, conocer a unos poquiticos.

Empezamos, el chico guapo que no sabía hacerse una idea de la proximidad entre Astorga y Palencia. La geografía nunca fue mi fuerte, no voy a ir aquí de lo que no soy, pero si me dicen, por ejemplo, Cádiz, sé que está lejos, si me dicen León pues sé que es una provincia que está pegando con la mía. Su afición era el fútbol y salir con sus amigos, y no sé por qué se me ocurrió la maravillosa idea de hablarle de libros, pero lo hice, y con un simple "no me gusta leer" no hubiese tenido más trascendencia el asunto, pero no me sueltes un "es que yo no leo porque se me juntan las letras, jajajaja".

También me he topado con otro, que no sé yo muy bien por qué le tengo, supongo que por seguir el lema Pokemon de "¡Hazte con todos!", que me suelta, así sin venir a cuento, "Tu Ana, tendrías una sesión de sexo animal y apasionado hasta quedar afónica y sin uñas con un perfecto desconocido encontrado a través del Tinder? (Sólo vale sinceridad, no vale pasar palabra, ni hacerse la digna, sólo sinceridad)", y fui sincera, y me llamaron petarda y me mandaron a tomar "por culín". ¿Para qué pides lo que no estás dispuesto a escuchar, alma de cántaro? ¿Para qué?

Después tengo a otro tipo, de 36, que tiene sus limitaciones. Tras darme unas, varias, respuestas absurdas a una cuestión le pregunté que si en serio tenía 36, hasta que no se lo expliqué se lo había tomado como un halago (pobre criaturita) al responderme un "si pero me conservo unnpokito :)".

Me han llamado borde por no sentarme bien que me saluden con un "¿dónde estás? quieres quedar", que yo para ligar y para echar un polvo una noche de momento no suelo tener problemas, y si con eso me demuestras que igual tú sí yo no quiero saber más. Y lo que más veces se ha repetido (¡y que es bonito, oye!) es que soy especial, distinta a las demás, porque escribo bien y utilizo signos de puntuación.

No obstante, a pesar de los especímenes con que te puedes encontrar, predomina la gente normal, simpática y dispuesta a darte una conversación agradable. De momento no me he enamorado, ni he encontrado pareja, ni he desvirtualizado a nadie, pero tiempo al tiempo, nunca se sabe lo que puede salir de aquí.

Seguiremos informando.
¡Quiero experiencias, opiniones y debate!

Estaba planteándome abrir un blog sobre lo complicado que es encontrar pareja hoy día, aún es sólo una idea que circula por mi mente, ¡que el otro día hice cuatro años de single lady! ¡Ay! La vida...