25 de septiembre de 2014

Vamos a jodernos la vida.

Vamos a jodernos la vida a la antigua usanza, no parar hasta que se vea hueso o hasta que empiece a sangrar. Alegrándonos los viernes, odiándonos los domingos, dedicándonos canciones que tiempo después no seremos capaces de escuchar, besándonos en las esquinas y girándonos la cara cuando pase alguien más.

Vamos a jodernos la vida, un poquito más, hasta que uno de los dos se cuelgue, hasta que el otro no pueda aguantar. Vamos a ir de lado, que de frente se nos ve más, vamos a contar mentiras, vamos a hacernos sentir especial. Veamos quién aguanta más. Prometámonos el mundo, hablemos de todas esas cosas que jamás haremos, ya sabéis, hablando del futuro nos volvemos a matar. Vamos a hacer que duela, que sea algo para recordar. Bailemos bajo la lluvia, hagamos algo distinto de lo que hemos hecho con los demás, vivámoslo como si fuera de verdad. Hay que dejarse la piel, la piel, las uñas y la cabeza,  la cabeza y el sentido común. Que sea una historia para contar.

Que todas las historias que se cuentan el día de mañana es que han sido algo especial, de esas que te queman por dentro, de las que hacen que te preguntes qué es lo que has hecho mal, qué es lo que hubiese podido cambiar si en vez de forzar el sonreír te hubieses puesto a llorar. ¿Qué es lo que he hecho mal todas estas veces? ¿Cuál ha sido el fallo?

Vamos a jodernos la vida hasta que uno de los dos rompa a llorar. No hay nada más bello, a la par que triste, que desgarrarse por dentro, sentir como te partes. Llamadme loca, pero es preciosa tanta fragilidad, sentirse alguien, sentirse fuerte, ser firme ante a tanta gente y desmoronarse de repente por alguien/nadie, por quien te ha hecho imaginar.

Vamos a jugar, estoy dispuesta a arriesgarme una vez más, dispuesta a dejarme las rodillas en el asfalto, dispuesta a mancharme de rimmel la cara. Dispuesta, al fin y al cabo. Dame la mano y veamos hasta donde llega esto, veamos si se queda en una historia más.