21 de junio de 2012

Escapar.

Espero que la vida te esté tratando bien, porque conmigo últimamente se está cebando la muy hija de puta.


Y es que, como bien se dice... si las cosas van mal siempre pueden ir a peor. Sería el momento propicio para proceder a la desintegración y desaparecer por un tiempo del mundo. Olvidarse de todo y de todos. Puede que ahora no pueda, pero algún día desapareceré sin decir nada, para alegría de muchos, mal de unos pocos e indiferencia de otros tantos, es algo que tengo muy claro. No es por vosotros, es por mi.

Empezar, sin un pasado. Vivir por un tiempo como si fuera otra persona. ¿No os parece increíblemente maravilloso ese plan? A mi si que me lo parece. Mucho.

Hasta que llegue el día que pueda hacerse cierto seguiré cargando, metiendo la pata, tragando y respirando. Pido perdón de antemano, y por aconteceres ya pasados, a todos aquellos que por A o por B lo merezcan; soy el desastre hecho persona, ya lo siento, no os creáis...



Sientes tu alma queriendo escapar.

18 de junio de 2012

Volando sola.

Inspira, deslízate en la bañera hasta que tu cabeza esté totalmente sumergida y grita. Cuando no aguantes más sal y vuelve al mundo con la primera bocanada de aire.

Un cuerpo desnudo y empapado se mira de frente en el espejo del baño. Intentando imaginar que es lo que encierra dentro. Se crea un charco a sus pies. Una imperfección relativa en sus formas y en su piel. Cicatrices y moratones. Agarra una toalla y se seca la cara.

Siempre das demasiadas vueltas a las cosas. Y al final siempre procuras sonreír.

Te metes sin ropa en la cama, son las sábanas las únicas que te abrazan, entre ellas te retuerces con gracia. Tus manos se encargan del resto, no necesitas de más. Te buscas y te encuentras. Te ahorras la buena cara y la conversación al despertar.

En la oscuridad se ven las cosas más claras. Vuelas sola, otra vez será. Tal vez, quizás.


9 de junio de 2012

Hoy es el día.

Hoy es el día, hoy es el día en que he decidido cerrar el cofre, poner el candado y lanzar lejos la llave. He amontonado cuidadosamente muchos recuerdos, todos aquellos que más daño me han hecho, y guardarlos allí para siempre. También momentos bonitos, para que me dejen vivir en paz. En una caja de cristal metí tus besos, para conservarlos, que nunca se pierdan y siempre sigan siendo especiales. Son otros tantos los que no merecen tanto cuidado y solamente están de relleno, tienen el suficiente valor como para estar dentro pero ninguno tiene tanto valor como los tuyos.

Los sentimientos intensos fueron difíciles de controlar, un cordel dorado les tiene sujetos, y sólo queda esperar que no logren escaparse, son los que más fácil tienen el huir, son capaces de deslizarse por la más estrecha de las rendijas. También hay un cóctel especial ahí dentro, mezcla lágrimas con alcohol y sensaciones amargas, me acompañó tantas noches que creo que he acabado aborreciéndole y no hay sitio mejor para él.

Tus fotos, tu voz y el tacto de tus manos. Lo lamento mucho, pero no puedo dejar libre nada relacionado contigo. Creo que será mejor así.

Hoy es el día en que quiero desprenderme de todas esas cosas. Creo que ya va siendo hora de salir del bache definitivamente, y con cualquier cosa tuya cerca todo resulta muchísimo más complicado.

No te creas que voy a tirar todo eso, para nada, el fin es que permanezca siempre conmigo, pero no dentro de mi.

4 de junio de 2012

Tristezas varias.

Hace tiempo que el asunto ha perdido la gracia, hace tiempo que me olvidé de improvisar. Cuando se trata de ti me siento incapaz de dejar las cosas al azar. No quiero que llegue el día en que no haya sitio para mi en tu cama, no quiero que llegue el día en que me quede con la ilusión partida. No quiero ver cómo te puedes ir con una cualquiera y sea nada lo único que me quede por hacer. No quiero que se vuelva a repetir una historia ya vivida con anterioridad y en la que, para nada, fue bonito el final.

Hay veces que las cosas salen mal, pero de cuando en cuando no está de más acertar.

¿Sabes una cosa? Me atrae mucho la forma que tienes de mirar. Creo que jamás había visto una mirada tan especial.

Tu mechero enciende mi último cigarro. Soñaré con que algún día nos volveremos a besar.