24 de septiembre de 2011

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El mar está a la vuelta de la esquina...

23 de septiembre de 2011

deseándote.

Tienes vía libre para colarte en mi cabeza y volverme loca. Te dejo recorrer mi espalda con tus dedos, mi pecho con tus labios. Mírame a los ojos si te crees capaz de poder averiguar lo que hay dentro, yo desnudaré mi alma para ti. Mátame todas las veces que quieras con tal de que luego me vuelvas a resucitar, una y otra vez, tantas como veces me hayas matado. Te regalaré y si es necesario te contagiaré tantas risas como sonrisas quieras o necesites.


Te extraño tanto y hay tan poco que pueda hacer...

17 de septiembre de 2011

night night*

Comienza la que sería prácticamente mi última semana de vacaciones, aunque es en teoría el lunes cuando empiezan las clases. Apurando los últimos días en casa antes de empezar un curso más.

Mi lista de propósitos y objetivos va viento en popa. Planear nunca se me ha dado del todo mal. El día 26 me examino del carnet de conducir, aunque he de confesar que yo misma me considero un auténtico peligro al volante. No tengo muchas esperanzas puestas en lograr sacármelo, pero como en todo lo procuraré; procuraré fijarme en los peatones que cruzan los pasos de cebra, en los ceda el paso, no soltar el embrague demasiado rápido y esas cosas... ya saben.

Sobre todo lo demás voy a luchar por aumentar mi sentido común y ser una mujer cabal. Controlar un poco los vicios y pensar antes de actuar, aunque esto último lo veo en algunos momentos un poco complicado. Propósitos, propósitos y más propósitos.

Poquito más que contar, sobre el día a día, mañana toca un pequeño viaje con papá. Son fiestas en Reinosa y le hace ilusión ir hasta allá, como todos los años, así que como mi madre trabaja me toca ser la acompañante.


Y para concluir sólo una cosa más que añadir: dulces que me vuelven a poner los pies en el suelo.

14 de septiembre de 2011

Problemas

Y el mechero siempre falla cuando más lo necesitas y tienes que acabar echando mano de las cerillas que tienes guardadas en el cajón. La voz desgarrada de Janis Joplin inunda la habitación. Es miércoles por la mañana, y ahora que puedo me dedico a perder el tiempo y a dejarle que pase ante mis ojos sin hacer nada para llenarlo. El no estar obligada a procurar centrarme en otras cosas hace que mi mente dedique más tiempo de lo habitual a procurar resolver sin sentidos, sin éxito, todo hay que decirlo. Creo que no me viene del todo bien tener tanto tiempo libre... mi inestabilidad habitual vuelve a aflorar, y esta vez no me refiero a mi inestabilidad de "estoy jodida por fulanito, pero si me habla o tengo noticias suyas me pongo de buenas de repente", suena muy infantil pero reconozco que pasa. No, no es esa. Una inestabilidad más destructiva si cabe, e incluso más absurda. Mis padres pueden llegar a criticarla pero creo que por momentos se llegan a asustar. Mi abuela por lo que tengo entendido decía que las personas que son inestables no son personas que estuviesen sanas. No creo que sea algo de lo que nadie disfrute, ni uno mismo ni las personas más cercanas que son conscientes, pero si no se sabe como combatirla no queda otra que aprender a vivir con ella. Es un fantasma interior que te hace compañía, a veces de manera más habitual y otras veces se toma un descanso y puedes llegar a pensar que se ha ido definitivamente. Hay veces que te ayuda a llevarla el tener un ancla en el que te puedas apoyar, y que te proporcione la estabilidad que a ti te falta, pero hay poca gente dispuesta a hacer de ancla con gente así, y no les culpo, debe de ser un trabajo cansado y poco gratificante, y si alguien está desempeñando ese papel sin saberlo y te suelta un "trastornada" venido de la nada tampoco ayuda lo más mínimo.

En fin... desvaríos diversos para variar, ya todo un clásico. Desvaríos y falta de afecto quizás.

Ancla, ¡aparece ya! 


12 de septiembre de 2011

Vuelo a un mundo paralelo, en el que te imagino cerca. Aún siendo consciente de que yo ni siquiera tengo cabida en tu imaginación.

9 de septiembre de 2011

el principio del fin.

Después de un verano tan catastrófico como el vivido, mañana podría decirse que, aunque las cosas no se pongan mucho más interesantes, al menos podré ser libre. Aparcamos los libros hasta nuevo aviso y a disfrutar de un par de semanitas de vacaciones o de no hacer nada básicamente.

Todos los años digo lo mismo, "el próximo curso no me va a pasar esto", "comienzo a estudiar desde el primer día". Pues bien, para no modificar las costumbres repito una vez más que el próximo curso procuraré ser algo más responsable. Por volver a tener verano, por favor, que ya no recuerdo que es eso. La clave de lo que me ocurre sé donde esta, así que hallado el problema hay que encontrarle la solución. El problema está en que mi mente no sabe priorizar, y a lo más mínimo que me pueda ocurrir mi mente le da una posición prioritaria, siendo imposible así lograr concentrarse en el resto de cosas. Sí, soy mujer, pero hay veces en las que NO puede hacerse más de una cosa al mismo tiempo. Así que preocupaciones, este año aléjense de mi o tendré que tomar medidas drásticas, lo cual no me gustaría en absoluto. 

Últimas horas pre-examen, cafeína, apuntes y prácticas sobre la mesa y a esperar a que llegue mañana. Un año más.


Mañana los vasos estarán llenos, continuamente, uno tras otro. Mañana la ubicación será distinta. Mañana seremos las mismas.

7 de septiembre de 2011

Borrador.

Los impulsos no cesan. Lo que parecía asentado no lo está tanto y lo que me hizo en su momento ilusionarme al final resultó ser un chasco. Creo que todo se repite constantemente y siempre acabaré volviendo al punto de partida.

El destino ha dejado cosas muy claras últimamente. Significa más que al hablar de alguien me salga una sonrisa que una mueca. Que no hay que tener más de dos dedos de frente para darse cuenta de quien te trató bien y de quien no, o de quien te guarda un poco de consideración y quien te vio como una ocasión fácil en la que poderse bajar los pantalones.


Y yo sigo esperando a que llegue mi momento. El momento de despegar. Resuenan palabras en mi mente y no pierdo la ilusión.