14 de abril de 2015

Nada más.

"Para empezar diré que es el final.
No es un final feliz, tan solo es un final,
pero parece ser que ya no hay vuelta atrás."


No hay mayor infidelidad que dedicar la misma canción a dos personas diferentes, pero qué culpa tengo yo si me venía de inmediato a la cabeza al pensarte. Omito dramas, te dedico media sonrisa y confieso que he sido feliz. Mi mejor arma para jugar a combatir la soledad.

He dejado las ganas durmiendo en tu lado de la cama pero me llevo las caricias a cuestas. Ahora me sobran horas y me trago miles de palabras que en su momento me faltaron con todas las cosas que te hubiese querido contar.

Me sacudo la pena. Nunca hablamos de echarnos de menos.

Siempre fui demasiado cobarde como para soltar al aire un "me haces falta", lo soy más aún cuando sé que eso no cambiaría nada, pero se me hacen interminables los cigarros sola e insufribles las mañanas sin verte. Echo de menos que me borrases el carmín a besos porque decías que estaba más guapa con los labios sin pintar, que me llamases cosas que sólo tú entendías, que me abrazaras por la espalda al levantarme de la cama y que me salvases tantas veces de morir atropellada.

Guardo un número al que sé que jamás voy a llamar. Nunca hablamos de futuro.


Pero es que él me daba la mano y no hacía falta más.