Vuelven los días de despertarse antes de las siete de la mañana. A catorce días de empezar los exámenes. Con los nervios y la presión propios. Con más de la mitad del temario sin estudiar. Con amagos de planings; haciendo peripecias para cuadrar horas y que el tiempo pueda cundir algo, lo máximo posible.
La concentración hay momentos que viene. Otros se va, con bastante facilidad para ser franca. Los remordimientos por no haber empezado antes suelen estar presentes. Y el caos creo que empieza a ser palpable. ¡Mierda!
Demasiado tentadoras las salidas. El ir a tomar algo. Los conciertos. El volver a casa a las mil. ¡Responsabilidad! Siempre lo digo, ¡ven a mi!
Y hoy empieza la semana. En un mes todo habrá acabado... Como siempre me dice mi madre "haz un esfuerzo, lo que hagas ahora ya es algo que te quitas para verano...". Que fácil decirlo. Que complicado hacerlo.
Encendiendo motores y que no decaiga la marcha... :S
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