A aquellos hombres.

"Hola, 

¿Qué tal te va? Hace mucho que no hablamos y que no te veo. Hace mucho que no sé de ti y también hace mucho que no espero ningún mensaje o señal de vida, es algo lógico llegados a cierto punto. Sólo quiero que sepas que me intereso, que aunque no forme parte de un día a día, de tu día a día, y aunque tan solo pueda decirse que hemos pasado unas horas de nuestras vidas juntos aún me acuerdo de ti. Y sí, procuro evitar hacer algo descabellado cuando me da el impulso de querer ponerme en contacto contigo sea la vía por lo que sea. Me ayuda a evitarlo el saber que no voy a recibir respuesta alguna, aunque bueno, nunca se sabe si no se intenta lo que puede pasar.

Muchas veces, la mayoría de ellas sólo me apetecería hablar, mirarte y hablar, y que me contases cosas. Sabes que todo lo que me cuentes, no sé si por ser tu o por el fondo de la materia, me va a interesar. Me gustan tus formas, tu vida y tu manera de ser. Hay cosas con las que puede que esté un poco en desacuerdo, pero eso ocurre siempre y con todas las personas. Hay que aceptar a cada cual como es.

Parece que fue ayer el día que, sorprendentemente, tu te interesaste por mi. Parece mentira que sea yo ahora quien cruza los dedos y se encomienda a todos los santos habidos y por haber para que te vuelvas a cruzar en mi camino. Que tontería más grande la que tengo encima. Cualquier día te encuentras la factura del psicólogo en el buzón.

Sé que sigues con tu vida, que todo sigue igual, tal y como estaba la última vez que te vi.

Sólo eso, que te echaba un poco de menos.

A ti, a ti, a ti, a ti... Que casualidad que siempre se repita la misma historia, y que tonta yo que aún no he aprendido.

a."

Para ustedes, y por aquellas cosas, que por mucho que pase el tiempo no cambian. Ojalá me equivoque.