9 de agosto de 2012

Siempre lo mismo. Siempre así.


Me sé la teoría. Sé que te tengo que olvidar. Sé que hay cosas que pasan sin razón, y es absurdo empeñarse en buscar un sentido o un porqué que no existe. Sé que tú en ningún momento pretendiste hacerme daño, que lo que tuve que soportar fue sólo culpa mía, tú no tuviste nada que ver. Sé que te la suda lo que pueda pasarme o dejarme de pasar, que tal vez ni siquiera te acuerdes de mi o ni me reconozcas si nos volvemos a cruzar. Tú tan especial y yo sólo una mediocre más de tantas que se habrán cruzado por tu vida.

Y un par de años habían sido suficientes para aprender a llevar el asunto con un poco de calma. Dos años creía que habían sido suficientes. No mencionarte y por consiguiente desaparecer. Pero nunca te esperas cuando puede volver a aparecer, un solo instante, una sola letra pueden desatar el acabose, abrir la caja de pandora y causar estragos en mi vida. Y tú te vuelves a aparecer en sueños, y tu mirada es tan real como la vida misma, y sigue haciendo el daño que nunca dejó de hacer. Aunque sea un sueño se me sigue revolviendo todo por dentro, y yo, después de tanto entrenamiento sé que tengo que huir de ti, y escapo por esa puerta en la que pone “Salida de emergencia”, pero ya volvió a doler y ya volvió a colarse en mi cabeza, y ni en sueños ni despierta se larga.

Y anoche fue tu nombre el primero que me vino a la cabeza, y no tuve valor para escribir más que tu inicial.

No hay comentarios: