Me sé la teoría. Sé que
te tengo que olvidar. Sé que hay cosas que pasan sin razón, y es absurdo
empeñarse en buscar un sentido o un porqué que no existe. Sé que tú en ningún
momento pretendiste hacerme daño, que lo que tuve que soportar fue sólo culpa
mía, tú no tuviste nada que ver. Sé que te la suda lo que pueda pasarme o
dejarme de pasar, que tal vez ni siquiera te acuerdes de mi o ni me reconozcas
si nos volvemos a cruzar. Tú tan especial y yo sólo una mediocre más de tantas
que se habrán cruzado por tu vida.
Y un par de años habían
sido suficientes para aprender a llevar el asunto con un poco de calma. Dos
años creía que habían sido suficientes. No mencionarte y por consiguiente
desaparecer. Pero nunca te esperas cuando puede volver a aparecer, un solo
instante, una sola letra pueden desatar el acabose, abrir la caja de pandora y causar
estragos en mi vida. Y tú te vuelves a aparecer en sueños, y tu mirada es tan
real como la vida misma, y sigue haciendo el daño que nunca dejó de hacer. Aunque
sea un sueño se me sigue revolviendo todo por dentro, y yo, después de tanto
entrenamiento sé que tengo que huir de ti, y escapo por esa puerta en la que
pone “Salida de emergencia”, pero ya volvió a doler y ya volvió a colarse en mi
cabeza, y ni en sueños ni despierta se larga.
Y anoche fue tu nombre
el primero que me vino a la cabeza, y no tuve valor para escribir más que tu
inicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario