9 de agosto de 2010

Ana...

Tiene treinta años y ahora todo le va bien. Tuvo mucha prisa y se salió más de una vez, fueron los excesos y las ganas de correr. Ana tuvo eso que le hizo tenerse en pie. Tuvo mil historias, tuvo algo en que creer. Y ahora coge sus tacones y la noche empieza a arder.

Tu, cuidado con lo que dices, que está hecha de cicatrices. Es el verbo en carne viva. Es la mujer elegida, no la busques, déjala. Para ya, para ya; vive tu vida también. Cuídate, tu cuídate. Ana siempre estará bien.

Ya no va con quince, ya solo conoce a tres. Ya no ve mañanas porque se duerme a las seis. Nadie la maltrata nadie juega con su piel.

Tu cuidado con lo que dices, está hecha de cicatrices. Es el verbo en carne viva. Es la mujer elegida, no la busques, déjala. Para ya, para ya; vive tu vida también. Cuídate, tu cuídate. Ana siempre estará bien.

Está hecha de cicatrices. Es el verbo en carne viva. Es la mujer elegida, no la busques, déjala. Para ya, para ya; vive tu vida también. Cuídate tu, cuídate...

Ana siempre estará bien.


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