Aún recuerdo el momento, era de noche, y estabamos tu y yo solos detrás de ese inmenso ventanal. Yo te indicaba donde estaba Correos, la Catedral... Tú atendías, agarrado a mi cintura, sintiendote tan cerca, escuchándote respirar.
Era de noche, se veía vacía y callada la ciudad.
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