16 de enero de 2011

Falacias.

Tratando de escribir algo que emocione, algo que describa como realmente me siento. Situación: incapaz. Me da verguenza reconocer que no he avanzado, que todo lo que llevamos de año,  quince días en los que creía que poco a poco lo iba logrando han sido pura apariencia. Que él sigue estando presente en mi cabeza, igual que el primer día. Sigo siendo la misma mediocre que se pilló del hombre equivocado. Y... una y otra vez no hago más que volver a cometer el error de tratar de meter gente de por medio, de creer eso de que otros lograrán hacerme olvidar lo que él me hizo sentir. ¡Falacias todas esas cosas!

Días y días después me vuelvo a encontrar a las tantas de la mañana, sentada sola en la cocina bebiendo algo que me recuerda a él. Escuchando cualquier canción que tenga alguna frase que refleje mi estado actual. ¡Cómo puedo ser tan miserable! No Ana, tu no eras así. Quierete un poco. Hazlo sólo y únicamente por tí.

El sufrimiento lo llevo por dentro, y ya se ha convertido en una forma de vida. Inevitable su presencia en cada una de mis conversaciones. ¡Cómo me has tocado tanto capullo! ¿Cómo has hecho que me encuentre tan perdida en medio de la nada?

Y fueron cosas que deseé, que soñé. Que celebré su conquista. Que lloré su efimeridad. Que recordaré su esencia. De las que me lamentaré a la vez que me sentiré orgullosa.

Y sí, le sigo echando de menos. Un poquito más cada día que pasa.

2 comentarios:

Ele dijo...

Intentar olvidar no es más que recordar, asi que deja que el tiempo haga lo debido. Muaaaaaaaaaaaaa

Aneiya dijo...

Ay, Anita!