15 de febrero de 2011

1.163 kilómetros.

1.163 kilómetros. Esta ha sido la distancia recorrida este fin de semana. Santander - Zaragoza - Madrid - Palencia - Santander. Demasiadas horas en autobús, horas de viaje que sin embargo volvería a repetir para pasar otros tres días como estos.

Lo propio sería hacer un resumen de como han ido y todo eso ¿no? Lo veo complicado. Habría tantas cosas que contar... Lugares, momentos, personas, palabras, impresiones... No pretendo mencionarlo todo, ni por asomo; me dejaré muchas cosas en el tintero, algunas queriendo y otras inconscientemente; serán simplemente unas ligeras pinceladas a lo que han sido tres grandes días, o más bien tres grandes noches, de jueves, viernes y sábado.

Comenzaba la primera noche en La Casa del Loco, en Zaragoza, donde iba a tener lugar un fabuloso concierto. Marc, Jess y Axel supieron como meterse a la gente en el bolsillo con facilidad. Abundaron los temas de hace ya algún añito, pero también hubo un huequito para un tema nuevo que también tocaron en el fin de gira de Madrid titulado tormenta o para un dueto entre Marc y Jesús que fue muy muy bonito. Fue un concierto especial. Al igual que lo es para ellos poder estar tocando temas pasados en estos conciertos que estan dando.

La abundante cantidad de cervezas no me deja recordar con excesiva claridad todos y cada uno de los momentos de la noche. Hay varias lagunas. Pero si que me llevo algún recuerdo especial de esa noche. Tuve el placer de conocer a Mari y a Jana. De disfrutar de la noche en un bar de paredes blancas y cortinas rojas con varios personajes peculiares por ahí sueltos. Con un gin tonic en la mano y dejando que la noche fluyera. Propuestas interesantes. Caras de "socorro" que se me han quedado grabadas en la retina. Críticas. Y más cosas que no son propias de mencionar aquí. Fue un buen jueves. Fue el comienzo.

Cuatro horas de viaje (más la espera previa en la estación de Zaragoza) me hicieron llegar a la capital a las 7 de la tarde del viernes, con papá y mamá esperando en la estación. Preocupados como de costumbre porque me pueda pasar algo en la gran ciudad... ¿Cansada? Sí, un poco lo justo, pero eso no impidió que tras cenar y con la ayuda de mis padres y tíos me decantase por el modelito oportuno y me volviese a subir por segunda noche consecutiva sobre unos tacones de esos que podría decirse que son bastante altos. Quedamos en Princesa, Cris, Lau y yo camino al Gatuperio, del que tantas veces había oido hablar pero donde nunca había estado. Bolo de Pepe Curioni y Marcelo Champanier. Señor bailando de forma curiosa. Escapadas para fumetear. Volví al Ron una noche más. Entradas por lista. Dos señores llamados Jorge al lado de una columna. Acabamos en Siroco, poco antes de que lo cerraran. Mesa al fondo a la derecha. Música baja, cómodamente sentadas y un señor que no tiene nada mejor que hacer que darle al exhibicionismo. Punto curioso de la noche. 7.30 am hora en la que me metí a la cama, al día siguiente comida familiar. Mi objetivo de buscarme un "pseudo.novio" para dicha comida esa noche no pudo llevarse a cabo. Otra vez será.

Sábado con comida. Novedades en la mesa, ya nos vamos haciendo mayores. Nada de mi ansiada siesta. Hasta las 8 de la tarde de sobremesa. Lo justo para cenar y volverse a arreglar. Esta noche tocaban tacones de leopardo, oh sí! Gran Vía. Gente mirándome los pies en el metro... De cañas mientras Ele y Lau picaban algo. Comenzaba picante la noche, jajaja. Próxima parada Costello. Me gustó, me gustó mucho mucho mucho. Dificultad para colocarse sobre la colchoneta y moverse con un poco de gracia. Gin tonics. Austriacos al lado y que se expanden hacia nuestro lado. Amar en Tiempos Revueltos. Mari se había decantado por ir a Madrid ese día, ella, Jana y Javi llegan a Costello. Tras un rato allí vuelta una noche más a Siroco. Puse rostro al protagonista de las novelas de Bukowski, o por lo menos yo me imaginaba así a Chinaski (cambiando la ropa), decepción, el señor no resulta demasiado interesante. Aborto misión. Copas de más, pies cansados y me fui despidiendo. Hasta otra, sí, hasta una próxima vez, que espero que la haya. No llego a casa sin que antes me pille dos veces el mismo coche. Historia absurda de las... de las tantas.

Y volví a casa de mi tía. Dormi tres horas, vuelta a casa, y de allí vuelta a Santander. Cansada pero feliz. Deseando volver a tener otro fin de semana de estos. Gracias a todas aquellas personas que lo hicieron especial :)











(Agradecimiento a Mari por algunas de las fotos ;) )

Y que más decir... que fines de semana así enganchan. Que pienso ya en próximas visitas a la capital y que podría decirse que sí, que fue tal y como deseaba que fuese. ¡Gracias!

a.

3 comentarios:

Blondieinthenight dijo...

Vuelve pronto señorita rock and roll, nos lo volveremos a pasar genial! incluso mejor ;)
encantada de compartir una noche de rock con usted

María dijo...

Para la chica de plata que sigue brillando...
Ha sido un placer poder conocerte, pero más aún compartir momentos que han resultado tan mágicos, momentos que se van a quedar en la memoria. Disfrutar de buena compañía sin pensar en mucho más allá y dejar fluir lo que nos llevó a hacer carretera... Gracias Ana por compartir tu música con nosotros...Volveremos, ya lo verás!

Un beso bien grande de una lectora.

¡1163 km no son nada para esos tacones!

Besicos

Mari

Saraiba dijo...

Pero chiquilla...Otra vez con mis queridos Sidonie, pero que suertuda ^_^ se ve que sabes aprovechar cada segundo de la vida. Asi me gusta!!

un besote!!