9 de marzo de 2011

Reflejos

Miradas que se cruzan reflejadas en los cristales de las ventanas del autobús. Bajo la cabeza, sonrío sola. Ahí volvía a estar hoy, el chico de la chaqueta verde del autobús de la línea 7.

Nunca he hablado con él. Seguramente nunca hable con él. Sólo me limitaré a reconocerle cuando suba, y como mucho a volver a cruzar miradas reflejadas en cristales. Aún así... gracias por haberme alegrado el día.

1 comentario:

Saraiba dijo...

A veces cuando conoces a esa persona se rompe el encanto. De esta forma puedes imaginar su vida, su forma de ser y quedarte con una sonrisa tonta en la boca.