6 de diciembre de 2011

Confesiones (I)

Antes, me da la impresión, de que era feliz con mucho menos. De las que esperaban con ansia los sábados, salía con las gafas de sol en el bolso sabiendo que antes de las 2 tenía que estar en casa, bailaba, bebía como si no hubiera mañana, con mil fotos en plan pava... y regresaba a casa esperando recibir algún mensaje aquella noche del pobre diablo de turno.








Ahora salgo, bebo, vuelvo tarde a casa y llevo meses sin recibir un mensaje con el que decir "aiiis... que adorable".

Será todo cosa de la adolescencia. De la ingenuidad y de el conformismo de aquellos años. 

Nada, todos habremos tenido una época así. Llena de malibú piña, brugal cola, 43 vainilla y vodka con limón. Todo junto y para adentro.

No me quejo, fue una buena época. Y aquí yo me confieso y me dejo un poquito por los suelos, pero es lo que hay.


No hay comentarios: