24 de enero de 2012

Y yo digo lalalá...

Hace mucho que la inspiración no viene a visitarme. Lo más importante que me ha ocurrido recientemente... ha sido... ¿que ha sido? ¡Ah! ¡Si! Que un mosquito me acompañó un par de noches mientras dormía y estoy plagada de picaduras por la cara y las manos. ¡Ya sabía yo que algo se me olvidaba! Un picor horrible, no os imagináis...

Estoy en plenos exámenes y esto cada vez apesta más. Cada periodo de exámenes me digo que para el próximo estudiaré más y empezaré antes, bla, bla, bla... Vamos, que me ha pasado lo de siempre, y mi cabecita, también para variar, sigue perdiéndose por universos paralelos llenos de música, músicos, conciertos, zapatos y viajes (pero digo en mi defensa que en menor medida que antes). En mi línea, ya no sorprendo a nadie. Lo intento, pero siempre fracaso intentándolo, desmotivación en aumento y menos ganas aún. Así todo el rato. La pescadilla que se muerde la cola.

A pesar de lo aburrido que parece todo esto, de las no grandes noticias que tengo y de incluso las un poco malas mi estado anímico está en una fase que ni fu ni fa. No soy la alegría de la huerta (algo que nunca he sido) ni tampoco una triste de la vida. He equilibrado mis emociones y estoy en el perfecto punto de armonía, ¡Quien me lo iba a decir a mi! Como en todo la balanza siempre se puede inclinar un poco hacia un punto u otro, pero mientras no se venza completamente todo está bajo control.

Cara de pato hace tropecientos millones de años en un lugar sito en la Calle Junco. Si, hoy estoy de buen humor, supongo que ya lo habrías notado.


¡Pasen buena noche bonicxs! :)

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