2 de diciembre de 2012

Punto y aparte, una vez más.

La verdad es que ya no estoy tan mal, ya no trasnocho para beber sola en la cocina de casa mientras escribo tristezas varias. Ya no me salen las lágrimas ni me emociono en exceso viendo tus fotos. Ya no acabo sentada en la terraza de madrugada para que el frío sirva de anestesia para el alma. Ya no lo hago. Y me consuela pensar que posiblemente nunca más lo vuelva a hacer.

Aún siguen apareciendo personas que se esfuerzan en hacer conjeturas acerca de mi o mi vida, me resulta gracioso escuchar lo que puede pasar por la cabeza de la gente, algunos me abren los ojos, otros sólo sueltan estupideces, pero yo siempre escucho. Siempre. Es algo que no cuesta nada.

Mi vida. Mía. De nadie más.
Ya no estoy tan mal, aunque podría estar mejor.
Ya no estoy tan mal pero aún estaré mejor.

Punto y aparte, una vez más.

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