12 de octubre de 2010

Tres años.

Estos días no podían pasar sin hacer mención a uno de los acontecimientos que... más me ha marcado. Que más ha condicionado mi forma de actuar en los tres últimos años, aunque cierto es también que ahora menos que antes.

Fue hace precisamente tres años cuando le conocí. Cuando inexplicablemente él acabó robándome un beso que yo me negaba a darle. Y fue con aquel beso, con sus aires de chico malo, con la confianza que demostraba, con lo que me mató. Llegó allí hasta donde muy pocos han llegado. Ha hecho el daño que, me arriesgaría a decir, ningún otro ha hecho. Y a pesar de haberme hecho llorar como nadie lo había logrado antes... aún he de reconocer que soy incapaz de olvidarme de él. De pasar página por completo y no dejar un señalador puesto siempre en aquella página que lleva su nombre.

Me dijo palabras que me hicieron sentir dichosa. También dijo otras que me hicieron sentir la persona más desgraciada del mundo. Me ha hecho llorar lo indecible entre las cuatro paredes de mi habitación. Pero... también con un simple hola por la calle o por el msn me ha sabido sacar la más sincera de mis sonrisas. Tengo imagenes suyas impresas a fuego en mi retina que me hacen estremecer, pero a pesar de que los momentos malos superen a los buenos con creces puedo afirmar que ha sido mucho más importante para mí de lo que cree la gente. De lo que él cree. Que sabe que si me dice "ven" yo lo dejo todo.

Me duele el pensar que hay veces que está mal, y a pesar de lo muy hijo de puta que haya podido ser conmigo sería incapaz de salir de mi boca algo malo contra él. Recuerdo todos y cada uno de sus besos. Todas y cada una de sus palabras. Todos los fugaces encuentros que tuvimos. Recuerdo todo, cosa que dudo que él recuerde también. No se lo reprocho, para nada. Tengo muy asumido mi papel de segundo plato en toda esta historia. Se que él nunca sentirá ni la mitad de la mitad de lo que yo he sentido por él. Podré vivir con esa espinita clavada. No me queda otra.

"Besos a escondidas en los baños de algún bar. Recuerdos llenos de heridas que sentimientos tratan de ocultar. Una ilusión presente, siempre constante, siempre en mi mente que habla de poderte enamorar. Y fui yo esa niña que no tuvo miedo al amor, y fue un día de octubre, cuando te conoció. Y no se que me hiciste, pero perdí la razón. Mis lágrimas regaron escritos llenos de dolor...".

Esto es fruto de alguna de esas tardes melancólicas. De no hace demasiado tiempo...

Se que él nunca leerá esto, y... confio en que nadie pueda identificar de quien estoy hablando. Sería demasiado humillante. Solo quería dejar constancia de lo que he sentido, de lo que siento. De que la última vez que hablamos cara a cara, hace no tanto tiempo, aunque él no creo que se percatase, tenía los ojos llenos de lagrimas mientras él me miraba apoyado desde un lavabo. De que me han dolido todos y cada uno de sus desplantes. Ver como pasaba por mi lado sin mirarme tan solo. Siempre he querido creer que algo le tuve que gustar, pero he llegado a un punto en que creo que todo aquello fue producto de mi imaginación. Que igual que yo fijo que habrá tenido a otras tantas (o bueno... quizás no, quizás yo haya sido la única que le haya seguido el juego). Querría que supiera que me dolió verle retozando con su churri por el suelo en agosto, en mis narices, gracias. En aquel momento no me lo tomé mal, tenía otras cosas en mente más importantes. Pero pensandolo en frío... esa situación me hizo sentir muy incómoda.

¡Un brindis por aquellos amores imposibles! ¡Por lo que pudo haber sido pero nunca fue!

Y he aquí la canción con la que me torturaba a diario cuando le echaba de menos. La que relataba, desde mi punto de vista aquella historia. Canción... canción que tuviste la poca delicadeza de dedicársela a ella días después de que te la enviase yo.

"Recuerdo que al llegar ni me miraste, fui solo una más de cientos, y, sin embargo, fueron tuyos los primeros voleteos. Cómo no pude darme cuenta que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos y que tú estabas tan cerca.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí. Y jugamos a ser humanos en esta habitación gris. Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí. Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.

Mis anclajes no pararon tus instintos, ni los tuyos, mis quejidos. Y dejo correr mis tuercas y que hormigas me retuerzan. Quiero que no dejes de estrujarme sin que yo te diga nada. Que tus yemas sean lagañas enganchadas a mis vértices.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí. Y jugamos a ser humanos en esta habitación gris. Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí. Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.

No sé que acabó sucediendo, sólo sentí dentro dardos. Nuestra incómoda postura se dilató en el espacio.Se me hunde el dolor en el costado, se me nublan los recodos, tengo sed y estoy tragando, no quiero no estar a tu lado.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí. Y jugamos a ser humanos en esta habitación gris. Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí. Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.

Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos… Y las palabras se me apartan, me vacían las entrañas. Finjo que no sé, y que no has sabido. Finjo que no me gusta estar contigo… Y al perderme entre mis dedos te recuerdo sin esfuerzo. Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos."
Con Las Ganas - Zahara

Todo el mundo me había advertido. No eras alguien que mereciese la pena, pero no hice caso. Tu trataste de pasar por el buen chico... mientras que yo trataba de hacerme la mala. Papeles intercambiados en nuestra historia, cada uno tratando de ser el contrario, pero ambos sabíamos quien acabaría perdiendo. A quien le acabaría doliendo.

Después de todo esto que más decir... las últimas palabras con sentimiento que le dije al verle "Te he querido muchísimo C."...

2 comentarios:

Aneiya dijo...

Perdida me hayo pues desconozco la historia. Pero, sí, parece que el tal C. fue un poco cabrón y un hijo de puta. Seguro que no te merecía. O, quién sabe, quizás que pasase lo que pasó es lo que te ha hecho ser como eres, y así molas :)

Yo, yo misma e Irene dijo...

Vaya! me ha encantado tu entrada, me siento tan identificada con ella que me cuesta creer que no sea la mia propia!
Saludos desde Sevilla.
:)