6 de julio de 2012

Mi "historia de amor".

Creo que es una sensación compartida la que todos experimentamos al ver alguna de las múltiples películas de amor existentes. No sé si la palabra es envidiar, no, quizás no sea la palabra correcta, pero inconscientemente comparamos esas películas con nuestra vida, y como siempre... la realidad acaba perdiendo.

Yo di mi primer beso tras una falsa declaración de amor, frente al mar y bajo las estrellas, sin pasárseme siquiera por la cabeza que aquel beso fuese el comienzo de algo. He vivido el estar en medio de una pelea entre hombres, pero lo que se dice que es una pelea por una chica en el fondo es una triste pelea por haber dado un puntapié al orgullo de alguno de los implicados, romanticismo cero visto desde este punto de vista y un marrón de la hostia para la chica en cuestión.

El maravilloso momento de la primera vez, es la mayor farsa del mundo, pagaría ahora mismo por acordarme de la cara del que se llevó la mía (sin saberlo siquiera), con la playa también de por medio. Mi primer te quiero fue dicho por obligación más que por sentimiento.

Ese chico destroza-corazones que aparece en tu vida no va a hacer una excepción contigo y vas a ser una víctima más, y te humillarás y arrastrarás hasta límites insospechados, y llegará un momento en que se te pase por la cabeza una posible venganza y acabarás liada con todo su circulo de amigos por si, por un casual, le produce la más mínima molestia. Pero no, no va a ser así, no le importas, y lo único que sale de esto es que se te cuelgue el cartel de fresca, por decirlo de una manera fina. A todo esto pasarán años hasta que por fin arranques la foto que tenías suya pegada dentro del armario.

Y por fin aparece alguien que te hace un poco de tilín, y tú a él también, y puede ser que al principio todo sea bonito, y que digas algún te quiero en la cama que te salga de verdad, pero todo se tuerce, y tu ilusión se va esfumando mientras que la suya se hace más fuerte, e intentas continuar y cuando eres consciente intentas poner de tu parte, pero cuando las cosas se tuercen es complicado volver a ponerlas rectas y los te quiero no salen, ni las muestras de cariño ni los besos, hasta el momento en que acabas perdiendo las bragas una noche (literal) y te acaban mandando a tomar por culo de manera automática, por mucho que te quiera o que te haya querido.

Al principio te alegras, experimentas, vives y te vuelves a ilusionar (otra vez de quien no deberías), y entras en un bucle de noches calientes sin amor o de amor no correspondido, y te vas estampando un poquito más contra el suelo con cada uno de los que pasan. Y si, ya conseguiste sacar la espinita del chico destroza-corazones, que aún permanecía, pero ahora te van clavando un puñal noche si y noche no, y acabas con el corazón más agujereado que un colador. Y un día te sonríen en la cama y al día siguiente no te conocen en la calle, un día se olvidan de sus novias y al día siguiente te los encuentras paseando de la mano en modo enamorados. ¡Muéranse todos!

Eres ya consciente de las hostias que te llevas, y poco a poco vas aprendiendo la lección, pero siempre aparece alguno que te descoloca un poquito con alguna muestra de atención o con alguna respuesta que nunca llegaste a esperar tener, y piensas "¡oh! ¿y si esto quiere significar algo?", ¡Nada! ¡No significa nada, tonta! Es pura cordialidad y cortesía. Y te resignas y piensas... bueno, los prefiero caballerosos, dentro de lo malo no te sientes tan estúpida si obtienes una respuesta, sea por la razón que sea.

Y todo permanece así, y giramos siempre sobre el mismo eje y vivimos la misma historia una y otra vez. Y luego ya no sé como evoluciona la historia, aún estoy girando. Y esto no se parece ni por asomo a las historias de amor que nos venden. Él, no cualquier él, si no el él que te gusta, nunca va a venir a ti, da gracias si aunque sea te mantiene la palabra y te da algún premio por la insistencia. Por mucho que te arrastres o por mucho que quieras impresionarle no lo vas a conseguir. No te va a venir declarándote su amor y diciendo que mandaría todo a tomar por culo por ti, nunca lo hará.

Y yo no pido rosas ni cenas a la luz de unas velas ¿Qué mayor acto de amor hay que sujetarte el pelo mientras estás vomitando en una esquina a las tantas de la madrugada o que te lleven a cenar a McDonald's o que te recojan rápido del suelo para que nadie te vea cuando te has estampado en la calle por llevar unos tacones demasiado altos? Que dejen de vendernos el amor de película, yo soy feliz con un mensaje de buenas noches o con un "buenos días princesa".

Y esto, contado mal y rápido es lo más parecido a la historia de amor de mi vida, sin tanto adorno ni tanta cursilería.

No hay comentarios: