25 de noviembre de 2014

Yo soy noviembre.

Noviembre, noviembre de luto vaginal -como diría una amiga- en honor a los ausentes, en memoria de llegadas y de partidas, que ya hay dramas de sobra en este mes como para querer más. Estoy de puta madre, eso sí, el ser una perdida, a ratos, me sienta de lujo. Que no hay pisos suficientes desde los que tirarse para volver a abrir la brecha, ya no, normalmente no. Que en poco tiempo me voy, y tampoco hay espacio suficiente para los demonios en la maleta, que os dejaré aquí, ya si tal os veo cuando vuelva. Que ningún recuerdo merece tanto la pena como para aferrarse a él de manera incondicional, que no debería haber persona ajena a ti que condicionase tu estado de ánimo.

Que nunca es tarde para cambiar, os lo digo yo, que me estoy proponiendo aprender a dar abrazos y ayer probé la comida china. Aprender a dar los abrazos que tú me prometiste enseñar pero que nunca hiciste, ¡ya verás qué cantidad de progresos cuando te dé por no girarme la cara! Que me corté el pelo y cualquier día de estos me dará por dejar de fumar, que ya no habrá cigarros a medias, que ya no volveremos a follar, ni a follar ni a fumar ni a fallar.

Que nunca nadie me escriba una canción es algo que podría soportar el resto de mi vida, no volver a ser guitarra entre sus dedos puede que también. Que puedo seguir siendo yo sin que estéis tú o él o el otro, que siempre fui muy yo, que la locura no es nada que me diese alguien y mi inestabilidad me fascina. Que voy a seguir ardiendo, llorando, quemando con o sin ausencias, con o sin presencias. Que hay quien dice que la locura nos salvará y vendréis a que os salve, pero sin pupilas dilatadas, sin que se me escurra el alma entre las piernas, no lo echaréis en falta cuando hubo un día en que pareció no importar.

Noviembre me ha recogido de la cuneta. Noviembre me ha ensanchado el pecho. ¡Bendito seas! Y vosotros fuisteis noviembre, vosotros me hicisteis ser nada a un lado de la carretera y me pusisteis un candado en el pecho, pero esta vez es otro, es mi noviembre el que me ha venido a salvar, porque yo soy noviembre.



1 comentario:

Crïs November dijo...

Leer tus palabras ha sido como escuchar un grito de alguien que vuelve a sentir que está vivo.

Mucha garra en tus palabras y muchas ganas de comerte el mundo :)